domingo, 16 de diciembre de 2012

Una noche buena




Estamos a 24 de diciembre. Fuera está nevando desde hace una semana. Los vecinos del barrio son despiertos por las risas de los chicos que están jugando bajo la blanca nieve.
Apenas son las siete cuando Julia abre los ojos y de un salto se pone la ropa. Su hermanito, Martín,  ya se ha despertado y tranquilitamente la espera en su cama.
-         -  Vamos, vamos, tenemos tanto trabajo! Levántate!
Los dos niños se lanzanal salón y sacan la decoración navideña del armario.
-         - Tú pon las guirnaldas y yo voy a recortar copos de nieve, luego, juntos, vamos a adornar el abeto, ¿vale?
Los niños se ponena trabajar febrilmente. Sin darse cuenta, absortos en su misión, la manecilla del reloj enseña las doce. Su madre, soñolienta, se presenta al salón y los saluda.
- Mamá, ¿vamos a cocinar? – le pregunta Martín.
- Sí, sí, empezamos, que ya hemos tardado bastante… - contesta esta, sonrienta. – tenemos que preparar un número impar de platos diferentes. Primero pondremos los frijoles que estos tardaran todo el día en ablandar, luego haremos los sarmi (niños empanados), pero, ¿os acordáis? No se come carne esta noche, ¿verdad?
Los preparativos siguen intensamente. El abeto artificial ya esa decorado con guirnaldas, pequeños juguetes de cristal y unos cuantos cortes de papel hechos por los niños. Pequeñito, el árbol navideño parece una pequeña estrellita de alegría que ha descendido desde sus aposentos celestes para inundar de felicidad con su belleza  el salon de la familia. Las ventanas ya están cubiertos de copos de nieve, hechos de papel blanco: pequeños y más grandes, originales y no tanto,¡ pero colgados con tanto cariño y esmero! Bueno, en realidad algo exagerada la decoración, pero resultado del entusiasmo de los niños.

-        -  ¿Quién me va a ayudar a hacer los sarmi?
-          - ¡¡¡Yo, yo, yo!!!

. Los peques se sientan a la mesa y escrupolosamente se ponen a empanar en las hojas de la col agria la mezcla de arroz y aderezos. Se rellenan tambien unos cuantos pimientos y luego se pone todo al horno  por una hora y media. Habiendo preparado los sarmi, la familia se ocupa de la sopa de frijoles. En una ola de alta tensión la sopa está preparada en menos de veinte minutos. Falta solamente la torta de las suertes. Todo el mundo toma parte en la preparación: la madre prepara la masa de harina con agua, harina, bicarbonato de sodio y sal; faltan los huevos, la nata y el yogurt, pues es imprescindible que la comida sea vegetariana. Una vez formada la masa de harina, Martín se ocupa de amasarla bien, tirándola a la mesa cien veces. Luego Julia reparta las cinco suertes: el botón, el palo, el cornejito, el frijol y la moneda. Se deja la inhorneada torta a reposar y la familia pone la mesa.
Primero se barra el suelo, luego se traen mantas que se ponen al lado del abeto, sobre el suelo que estará de mesa esta noche. Finalmente se pone el mantel. ¡Empiezan los últimos preparativos!
Se pone el candelero a la ¨mesa¨, se pone la sopa de frijoles y los niños empanados.  La torta se está asando. Se ponen manzanas, nueces y naranjas, palomitas, agua potable y vino. Ya todo está casi preparado para la cena solemne.
-          - ¡Al baño! – ordena la madre. Uno tras otro todos los familiares se duchan y se ponen alguna prenda nueva (por ejemplo calcetines :) ). Se trae el regalo para la casa: cualquier cosita pequeña comprada especialmente para la fiesta y se pone a la mesa. Luego todo el mundo mete debajo del mantel su cartera que permanecerá allá hasta el día siguiente. La torta está lista y la familia se sienta a la mesa. Apagada la luz, encendidas solamente las velas, nadie puede levantarse hasta que termine la cena.
La madre va distribuyendo la torta. El primer trozo es para la cabeza de la familia. La segunda se da a Julia, la tercera a Martín. Entonces el resto se divide entre la Virgen (pediéndola que vele al hogar) y la casa. Todo el mundo se pone a buscar las suertes repartidos por Julia. El botón significa mucha ropa, el palo es el éxito, el frijol: la fecundidad (en sentido literario y figuardo :) ) , el cornejito es la salud y la moneda: el dinero. Una vez localizados, las suertitas se dejan debajo del abeto y la cena sigue en paz.
Uno tiene que probar de todos los platos. Por un momentito se instala un silencio masticadoso. Las conversaciones que siguen son triviales, comentarios etc. Después de haber comido bien, se organiza el juego Chift i tek (par e impar). Se dividen las nueces entre los comensales. El juego consiste en apostar nueces. Cuando a uno le toca, él coge unas cuantas nueces y le pregunta a su compañero ¨¿par o impar?¨. Si el compañero acierta, toma las nueces, si no, le da la misma cantidad de nueces. Gana este que logra acumular todas las nueces de sus compañeros (engañar sin que te pillen es parte del juego).
Al final de la cena, los comensales se levantan todos juntos y hacen tres vueltas alrededor de la mesa.  Sin encender la luz se encienden velas con las que todo el mundo pasa por la casa, entrando en cada una de las habitaciones e iluminándola. Se hace la sañal de la cruz tres veces. Cuano haya terminado el recorrido, se apagan las velas y se enciende la luz.
Lo que sigue es, normalmente, acostarse. La mesa sobre el suelo se deja así.
Por la noche Papá Noel entra y deja los regalos bajo el abeto. Al día siguiente los chicos los encuentran.
-         -  ¿Vamos a casa de los abuelos? – pregunta Martín.
Desde luego que sí. El 25 de diciembre, Navidad, está dedicado a los parientes. Se visita la casa de los abuelos, tíos o lo que sea, se reparten regalos, se sirven guisos de carne :) y, claro, se preparan uno tipo de dulces, llamados kolacheta que se hacen de la misma masa de harina que se utiliza para la torta navideña, pero contienen un poco de azúcar y vienen en formas diferentes y divertidas. Los tres días por las casas recorren los koledari (los que dan Navidad) e intentan entrar y cantar villancicos.
-         -  ¡Que siga nevando! ¡Vamos a jugar! – gritan los niños con los ojos llenos de alegría. Es, al fin y al cabo tiempo de reposo, de vacaciones, cuando todo el mundo se dedica a festejar.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Котките




И ето, лежа на белия диван,
а твойта муцунка закрива
                светлия екран.
По лицето ми усмивка се разлива
и носът ми в козинката ти се скрива.

Гледаш ме с очи – два фара,
а от нослето ти, о, топла пара.
С мустачки дълги гъделичкаш
и с меки лапки по гръдта ми тичкаш.

Ушите ти – изправени нагоре,
гласът ти – мед, масло и алое.
Сгушена похъркваш, замечтана;
плюшена, ме близкаш заиграна. 

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Котенце мъничко,
котенце ти!
Пак драскаш и вряскаш
в щури игри!
Котенце мъничко,
котенце ти!
Протягаш се, мъркаш
с блестящи очи.

Котенце мъничко,
котенце ти!
Не хапи, не хапи,
мен не дери.
Котенце мъничко,
котенце ти!
Не със зли, не сълзи,
в мен се гали.

Мъничко котенце,
мъничко ти!
Ах, дери, не плачи,
мене хапи...

Ех, котенце мъничко,
котенце ти!
Протягаш се, мъркаш
с изкрящи очи.
Котенце, котенце,
мъничко ти!
Пак тичаш и скачаш;
щури игри.

Котенце,
 котенце,
мъничко
 ти!
Светът ми кърви,
сърцето боли.
Но, котенце,
 котенце,
мъничко,           
Ти,
Дали, о, нали
радост раздира твойте очи...